Jesús ha venido para salvar tu vida, sabiendo que en tu propia autosuficiencia quedarás atrapado en un callejón sin salida. El te espera siempre con los brazos abiertos para rescatarte.
Jesucristo siempre está atento para ayudarnos en nuestra debilidad y en nuestro peor momento. «Yo no te juzgo, le dijo a una mujer», la amó y salvó , mientras otros la juzgaban y pretendían matarla.