Dios como hijos/hijas nos mira con ternura así como un buen padre mira a su hija como la niña de sus ojos. Eres el centro de atención de Dios, tienes un padre que te ama…
Desde antes que el mundo fuese, Dios te eligió para cumplir una misión. No eres un accidente, Dios planeó tu vida y anhelaba tu nacimiento.
Jesús ha venido para salvar tu vida, sabiendo que en tu propia autosuficiencia quedarás atrapado en un callejón sin salida. El te espera siempre con los brazos abiertos para rescatarte.