En la vida cotidiana aparecen desafíos tan difíciles humanamente, que nos oprimen para darnos por vencido. Pero Dios con voz de autoridad te dice «No te rindas, es tu obligación levantarte ..»
¡ Sálvame !, Quizás es una de las exclamaciones más poderosas que podemos hacerle a Dios para que nos socorra en momentos difíciles. Después de todo, Él es nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
La vida en cierto modo es una carrera que debemos correr. Y en momentos de fatiga y/o renuncia, Dios está allí para decirnos que comamos , bebamos y nos fortalezcamos porque largo camino nos resta.