¡ Sálvame !, Quizás es una de las exclamaciones más poderosas que podemos hacerle a Dios para que nos socorra en momentos difíciles. Después de todo, Él es nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
La vida en cierto modo es una carrera que debemos correr. Y en momentos de fatiga y/o renuncia, Dios está allí para decirnos que comamos , bebamos y nos fortalezcamos porque largo camino nos resta.
Hubo una mujer que con tan solo tocar el borde del manto de Jesús fue sanada. De hecho Jesús le dijo: «tu fe te ha salvado». El próximo/a puedes ser tú.